Mi nombre es Gemma Márquez, autodidacta en las Artes Plásticas sin maestro artesano pero con mucho ingenio y creatividad.
Observando los monumentos falleros y fotografiándolos, comencé hace aproximadamente 20 años a restaurar ninots de falla. Pero, realmente mi mayor inquietud era el fuego final. Me gusta hacer fotos al incendio de una falla, la cual, es consumida por las llamas. De ese momento de tristeza por la sensación de que todo acaba, surgieron mis ideas. Porque el fuego limpia, renueva y purifica, pero no podemos olvidar lo que estaba. Mi sensación era que tenía que preservar ese momento con las cenizas como elemento principal. Desde 2021 he ido creando bocetos y prototipos hasta dar hace unos meses con algo que, en reducidas dimensiones, recoge la esencia de la Cremà.
Somos una empresa familiar, nos gustan las cosas importantes, las que queremos recordar, de ahí la idea de trabajar cenizas convirtiéndolas en arte, para que sean un recuerdo eterno.
El nombre de la obra fue fácil, Cenizas Eternas, porque ya estaba nombrada antes de nacer, y yo le puse mi esencia y carácter con Cendres Eternes.